GENERALIZAR: EL RECURSO QUE ENTURBIA LA COMUNICACIÓN

Las mujeres no saben conducir. Los inmigrantes nos quitan el trabajo y además reciben ayudas del Estado. Los veganos tienen carencias nutricionales. Los madrileños son unos chulos, los catalanes unos peseteros, los andaluces unos vagos… ¿Te suena?

Generalizar se ha convertido en una costumbre muy arraigada en nuestra comunicación verbal, y no es sólo cuestión de descuido o hábito, es también consecuencia de cómo nuestro cerebro registra nuestras experiencias, configurando así una determinada forma de entender el mundo que nos rodea.

Recientemente un conocido dietista publicaba en sus redes sociales lo siguiente: «Del término mi «terapeuta», mi «coach» o mi «asesor/a de bienestar» llega… ¡ENTRENADOR/A DE EMOCIONES! Más necesario que nunca normalizar el acudir a psicoterapia para no romantizar las «actividades» que rodean a la Psicología y el intrusismo profesional.»

Si bien coincido en la necesidad de normalizar el acudir a profesionales de la salud mental cuando detectamos un problema del mismo modo en que acudimos al médico cuando tenemos una dolencia física, me pregunto si este reputado divulgador sobre nutrición ha visitado a muchos/as terapeutas, coaches,  asesores/as de bienestar o incluso entrenadores/as de emociones antes de generalizar afirmando que practican intrusismo profesional.

Me pregunto además si, según este razonamiento, un/a profesor/a de canto es un/a intruso/a por no haber estudiado foniatría, o si todos/as los/as que trabajan en medios de comunicación son licenciados/as en periodismo.

Un título universitario no te capacita para realizar una profesión de forma eficaz y satisfactoria, esto lo hace tu propio interés, profesionalidad, perseverancia, auto-exigencia, curiosidad… Es posible que a lo largo de tu vida te hayas topado con  algún médico negligente, un/a psicoterapeuta con muy poca empatía, un taller que te deja el coche peor que cuando lo llevaste…  Aprender a leer a una corta edad no es sinónimo de éxito académico (y, al contrario, grandes genios/as de la historia fueron malos/as estudiantes).

No se trata de titulaciones oficiales, de nacionalidades, de géneros, de razas… Se trata de personas, de experiencias, de circunstancias, de puntos de vista. Generalizar nos reduce el campo visual, impidiéndonos contemplar alternativas y nuevas opciones.

Aléjate de las generalizaciones tajantes, duda mucho, infórmate, experimenta. Y evita juzgar (sobre todo desde el desconocimiento), porque lo que para unos/as es eficaz, saludable o útil, para otros/as puede no serlo en absoluto.

* ¿Sabías que Manuela Serra, pionera en el ámbito de la neurociencia y colaboradora del Nobel Santiago Ramón y Cajal, no tenía estudios universitarios? (Manuela Serra, la científica sin carrera a la que Ramón y Cajal quiso pagarle los estudios. Artículo de Mujeresconciencia.com)