MIEDO ESCÉNICO: 5 CONSEJOS PARA CONTROLARLO DE FORMA SENCILLA

¿Cuál es la diferencia entre las personas que hablan con soltura en público y las que sufren haciéndolo? No es que unas carezcan del miedo que a otras les invade, es simplemente que han aprendido a controlarlo.

Podemos reaccionar ante el miedo de 3 maneras diferentes:

  • Sucumbiendo ante él, dejando que nos domine y nos paralice, lo cual nos hace vulnerables.
  • Negándolo, rechazando su existencia, lo cual nos hace temerarios/as.
  • Aceptándolo y aprendiendo a mantenerlo bajo control, lo cual nos hace prudentes y eficaces.

Admitir que, como seres imperfectos que somos, a menudo cometemos errores, no nos convierte en personas más débiles, sino más sensatas. El miedo a equivocarnos se neutraliza cuando entendemos que la forma más rápida de aprender y mejorar es a través de nuestros propios errores. Lo que aprendemos a través de la práctica queda grabado en nuestra memoria de forma mucho más permanente. Así que… ¡equivócate mucho!

Vale, pero cuando nos ponemos delante del público queremos hacerlo bien. ¡Claro! Para ello será necesario trabajar ciertos aspectos que nos permitirán sentirnos más seguros/as, con más confianza:

1. Práctica: Cuanto más practiquemos, mejor dominaremos nuestro discurso o puesta en escena y más relajados/as estaremos al enfrentarnos al público. Piensa en tu objetivo, en qué es lo que quieres transmitir a tu audiencia y céntrate en ello mientras ensayas. Esto te ayudará a interiorizar lo realmente importante de cara a tu actuación.

2. Conocimiento del entorno: ¿Dónde voy a actuar?, ¿qué público vendrá a verme? ¿qué temperatura hará?, ¿qué herramientas (equipo técnico, diapositivas, decorado…) necesito?, son preguntas que nos ayudarán a estar bien preparados/as. Anticipar los imprevistos que puedan surgir evitará que nos pillen por sorpresa y nos ayudará a solventarlos rápida y eficazmente.

3. Relatividad. Aprender a gestionar los errores de forma eficaz evitará que se conviertan en un obstáculo. Si minimizamos su importancia, el público lo hará también.

4. Actitud. Nuestra comunicación no verbal (tono de voz, gestos, postura, respiración…) es fiel reflejo de lo que sucede en nuestro interior. Si sientes miedo, proyectarás miedo; siestás relajado/a y disfrutas del momento, ¡el público disfrutará contigo!

5. Realismo. Ayuda mucho pensar “¿qué es lo peor que podría pasar?” Esta sencilla pregunta nos pone en perspectiva y nos da una visión más realista, haciéndonos conscientes de la inutilidad de dejarnos vencer por el miedo.

Porque, de acuerdo, todos/as sabemos que hay personas a las que les encanta criticar y poner pegas, pero esto es algo que está fuera de nuestro control y nuestro miedo lo único que hará será alimentar su negatividad. Estar en armonía y sosiego con uno/a mismo/a, sabiendo que estamos preparados/as y somos responsables, nos alejará de los posibles juicios ajenos y nos centrará en nuestro auténtico objetivo. Define tu meta, prepárate, confía en tus habilidades ¡y el miedo dará un paso atrás!